Estar y dejar de ser.

Todas las mañanas al despertarme me hago una serie de preguntas que me ayudan a razonar que nada cambio y que mi vida cotidiana sigue su rumbo. En el transcurso del día sigo pensando que tengo que hacer, mientras hago otras cosas. Muchas veces me distraigo y pierdo noción del tiempo, se enojaron varios conmigo por eso. Les explique que era intencionalmente pero no hubo caso.

No es la primera vez que me siento un ente, no es la primera vez que me dicen que lo soy. Ente es todo lo que “es”, yo soy pero no estoy. Quiero estar y no puedo. Quiero ayudar y todo es una mierda. Mi suerte es una mierda. Quiero dejar de ser y quiero empezar a estar.

En abundancia.

Ver tu rostro en perfil sobre la clara y cálida luz. Flotando en mis partículas, en tus partículas, el aire que compartimos. Me empalaga verte, es molesto. Me hace sentir una persona. Una dichosa, de esas que caminan al ritmo de la vida, bailan en su imaginación y visten de gris al combinar su moño. Repugnancia, es la verdadera descripción.

Abrazos fríos, los necesito devuelta. Me das calor, dolor de panza y sobre todo amor. No sé si será certeramente dolor de panza pero me dijeron que los sentimientos fuertes en su esencia se asimilan bastante. Mirada neutra a través de mi pupila y de vuelta a mi iris. Sos todo, mi círculo de amorío y mi línea de odio.

Faltan unos días para que pueda decir que con un año a tu lado me siento completa, en abundancia.